30 de diciembre de 2019
Por la mañana nos acercamos hasta el puerto de cruceros, donde está la Oficina de Turismo.
En el puerto están todas las casillas de los prestadores de servicios de navegación. Contratamos la excursión para la tarde. Aprovechamos a caminar por la costanera, mirando el espectáculo de los cruceros amarrados. Durante los 5 días que estuvimos fue un ir y venir de cruceros, de todos los tamaños y nacionalidades.
A pocas cuadras del puerto está el Museo del Presidio, que incluye también la visita al Museo Antártico y al Museo Marítimo. Explica no solo el origen de Ushuaia, sino también la vida de los presos condenados en extremas condiciones, y las experiencias de los primeros navegantes de la zona. Es un imperdible.
Hicimos la visita guiada de las 11.30 hs, que incluye la entrada a la réplica del verdadero Faro del Fin del Mundo. Todas las explicaciones nos servirían para lo que íbamos a conocer por la tarde.
Abre todos los días. A mí me encantó la tienda de souvenirs, porque tiene un gran surtido de libros sobre la Patagonia, en distintos idiomas.
Volvimos al departamento a almorzar y a prepararnos para la navegación.
El clima es muy cambiante en Ushuaia. Y aunque a la mañana estaba bastante lindo, sobre la hora de salida de la excursión se puso todo el cielo negro y se largó a llover.
Para la navegación recomiendo llevar mucho abrigo (campera, bufanda, gorro y guantes) aunque sea verano. ¡Desde la cubierta las vistas son increíbles!
El recorrido clásico incluye Isla de los lobos marinos, Isla de los pájaros, caminata Islas Bridges y Faro Les Eclaireurs. La excursión dura 2 horas y media. Nosotros la hicimos en un confortable catamarán, pero se puede realizar en embarcaciones de distintos tamaños, incluso veleros.
El punto culmine es la vuelta que se da al Faro, famoso por inspirar la tapa del libro de Julio Verne. Aunque el verdadero Faro del Fin del Mundo es el de San Juan de Salvamento, que es inaccesible y el más antiguo de Argentina.
Al regresar nos fuimos a tomamos una rica merienda a la Avenida San Martín, que es la calle principal, donde se concentran la mayoría de los bares, chocolaterías y negocios de la ciudad.
Antes de volver al departamento hicimos compras para los dos próximos días, donde todo iba a estar cerrado. Como los precios de las cenas de fin de año nos parecieron muy altos, decidimos encargar comida y festejar en el alojamiento. Para el primero de año organizamos un asado al aire libre, ya que el pronóstico era de muy buen clima (para esta zona), con una máxima de 18 grados.
31 de diciembre de 2019
Primero nos acercamos hasta la Estación del Fin del Mundo, que queda a 11 kms de Ushuaia y llegamos justo para la salida del mediodía. Hicimos el trayecto de ida y de vuelta. Es el tren más austral del mundo funcionando, de trocha angosta y con locomotoras a vapor. Hace parte del recorrido original, cuando se utilizaba para llevar a los presos a cortar leña al bosque de lengas.
Más o menos a mitad de camino hace una parada en la Cascada de la Macarena. Luego de recorrer los 7 kms llega al final de su destino, donde los pasajeros que fueron en tour suben a unos micros y siguen su excursión. El resto volvimos a la estación. Durante todo el recorrido te van relatando la historia y el paisaje a través de altoparlantes.
A menos de 2 kilómetros de la Estación está el ingreso al Parque Nacional.
Cuenta con varios sectores, como Ensenada Zaratiegui, Bahía Lapataia o Lago Acigami, áreas de acampe agreste y una red de senderos de distinta dificultad para realizar caminatas.
Fuimos primero a la Ensenada Zaratiegui donde está la Estafeta Postal del Fin del Mundo. Es un lugar genial, una sucursal del correo argentino desde donde se pueden enviar postales o cartas con las estampillas del lugar, y también te sellan el pasaporte.
El cartero se llama Carlos y es un personaje en si mismo. Hace muchísimos años que vive ahí. Había una fila enorme de extranjeros para enviar sus postales. Cuando llegó mi turno nos pusimos a charlar y me regaló como souvenir especial una botellita de espumante con una estampilla referida a él y su país inventado: la República Independiente de Redonda. Envié mi postal con buenos deseos para el año que comenzaba, que me llegó a mi casa un mes después. Luego hicimos un par de caminatas, incluida a una castorera. Nos sacamos la tradicional foto en Bahía Lapataia con el cartel del final de la ruta 3 y terminamos tomando mate a orillas del Lago Acigami o Roca.
Aunque es muy típico viajar para pasar fin de año en Ushuaia, la realidad es que no tienen organizado ningún festejo en especial como nosotros suponíamos. Ni fuegos artificiales (hay una ordenanza que los prohíbe), ni un festival en una plaza o un punto de reunión para el brindis.
Cuando llegaron las 00 hs nos asomamos a la ventana para escuchar a los cruceros y barcos hacer sonar sus sirenas por el cambio de año.
01 de enero de 2020
Fuimos a pasar el día a una zona de fogones que existe en el Río Olivia. Menos mal que decidimos ir temprano, porque estaba lleno, particularmente de los locales que aprovecharon el día feriado y el pronóstico de buen clima para disfrutar al aire libre.
Llegaban familias enteras, con mesas y sillas, plantaban el asador para hacer un cordero, y sacaban todo lo que había quedado del día anterior: carnes, fiambres, turrones y bebidas. Un gran espectáculo. Algunos se bañaron en el río; yo solo me animé a mojar los pies porque el agua estaba helada.
El camping está a los pies del Monte Olivia, que es el pico más alto de los ubicados alrededor de Ushuaia. Es de pura piedra y al estar tan cerca se ve imponente.
Fue un día de descanso y disfrute de la naturaleza.